HALLAZGOS

Día a día los colombianos honestos (que somos la mayoría) y el mundo entero nos sorprendemos con el resultado de un mandato apoyado por una «MAYORIA DE NARCOPARAMILITARES», en cabeza de un personaje tenebroso que se hizo gigante gracias también al infinito apoyo del silencio, de la apatía y de la ingenuidad de compatriotas y sobre todo del eco, la resonancia y el encubrimiento de los medios de comunicación, en contraprestación éstos últimos, del pago de multimillonarias pautas publicitarias y de otras prebendas.

Hoy el mundo se encuentra aterrorizado por las masacres ejecutadas por miembros del ejército nacional a jóvenes desempleados, humildes e indefensos ordenadas sin duda por nuestro compatriota PONCIO PILATOS.

Ignora y señala de bandoleros y de narcos a los indígenas colombianos en su justa marcha en la que reclaman lo prometido en campañas politiqueras y lo justo de ellos como son sus tierras y el respeto a sus tradiciones, quiera Dios que los reciba y les cumpla por fin.

No le interesó la protesta laboral de los corteros de caña de azúcar porque su compromiso o deuda es con los empresarios quienes le ayudaron con la financiación parcial de sus campañas políticas.

Ayer fue la extralimitación de funciones, cuando éste mismo individuo trató de manejar a su antojo a la Honorable Corte Suprema de Justicia, afortunadamente no lo logró y tuvo que arrodillarse para pedir perdón.

Violó las fronteras de países vecinos.

Antes de ayer negoció con el Congreso el cambio del articulito de la Constitución Política que le permitió reelegirse como presidente de Colombia; persiguió a empleados de la rama jurisdiccional con el fin de prolongar su justa huelga para que delincuentes amigos suyos salieran de la cárcel por vencimiento de términos y/o entorpecer sus respectivos procesos.

Ordenó al Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) la investigación y el seguimiento a los miembros de la oposición política y sindicalistas.

Continuamente ejerce extralimitación de funciones, abuso de autoridad e irrespeta leyes y normas vigentes, así mismo, presiona e intimida a funcionarios y a miembros de las fuerzas armadas cuando no acatan sus convenientes caprichos y posteriormente les da la espalda.

Apoya frontalmente a sus ministros y altos jefes en sus gigantescas embarradas de sus políticas asociales y antisociales y cuando se ve comprometido, los acusa públicamente, les acepta la renuncia y también les da la espalda.

La  constante de éste gobierno es la violación de los derechos humanos, los falsos positivos, las múltiples promesas incumplidas, los sobrecostos y contrataciones ficticias y sobre todo la amoralidad, la inmoralidad y la doble moral que lo caracterizan dependiendo de su conveniencia y oportunidad… Se lava las manos y continúa como si nada malo hubiera ocurrido.

¿Qué nos esperará mañana con éste engendro de elevado ego, con su cinismo y su desfachatez?